viernes, 26 de agosto de 2011


Jueves 25 de agosto de 2011

Chile se detiene, la marcha continúa…

Plaza Italia se convirtió en uno de los 4 puntos cardinales de reunión para comenzar la marcha con motivo del paro nacional convocado por la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), aproximadamente a las 7 de la mañana se comenzaron a congregar diferentes grupos de manifestantes; desde algunos representantes de la CUT, hasta grupos de estudiantes, profesores y familias, en apoyo a las movilizaciones.

plaza Italia

                Antes de comenzar, carabineros tiene la orden de mantener el orden, según el teniente coronel Eduardo Ramos, que en el caso de que los manifestantes intenten tomar la Alameda: “nosotros procederíamos a restablecer el orden público”, además informó que la conglomeración en plaza Italia se estimaba en 5 mil manifestantes, aunque en contra punto algunos alumnos consideraban más de diez mil. Cifras más cifras menos.
Respecto a la manifestación en general, Fernando Araneda representante de CUT, comentó que si carabineros reprime la marcha “…nosotros vamos a defendernos…” la postura del CUT según Fernando es: “vamos a defendernos con lo que tenemos…”.

Representantes del CUT

Mientras la masa de jóvenes, que gritan con encendidos canticos, porras y demás demandas, carabineros bloquea las calles que llevan a palacio de La Moneda.
Bloqueo Alameda

Al frente de este contingente Catalina Moya, estudiante de periodismo de la Universidad de Chile, toma algunas fotos con una cámara análoga, avanza al frente mientras intenta explicar la emoción de marchar a lado de sus colegas, hija de un padre que fue preso político en 1973 durante la dictadura, canta a lo lejos las demandas del frente de la multitud.
Cata, como le gusta que la llamen, explica la importancia de pelear por una mejor educación, sin importar cuanto tiempo lleve: “el primer paso es conseguir educación gratuita…”.

Algunos observadores de derechos humanos se hacen presentes, con la intención de tomar nota de que no existan agresiones a los manifestantes, pues a raíz de lo sucedido en anteriores marchas ha despertado que estos grupos están al pendiente de que se respete la libre expresión.

Hacia Alameda, contingente proveniente de plaza Italia

                Como olas que se encuentran, los diversos grupos chocan en Alameda y los Héroes, donde un grupo de fuerzas especiales de carabineros los esperan para evitar que se tome la plaza, como un frente de guerras antiquísimas, los frentes de cada grupo se ponen frente a frente, carabineros estoicos, y estudiantes que saltan impacientes por ser escuchados.

Estudientes de la U de Chile

                Aunque este punto no era precisamente el epicentro, ahí se congregan todos para levantar la voz al unísono de sus himnos de guerra. Un altavoz grita indicaciones de que sigan su curso al oriente, pero esta acalla por las voces que piden educación gratuita, son las 12:00 y todo sigue con cierta calma, algunos temen que se rompa la tranquilidad.


                                                                                                              Por José Humberto Guerrero

Paro nacional avanza a paso corto 

Estimación policial habló de 50 mil personas en marcha que comenzó a las 10:30 en el epicentro de la capital.

Marcha 25 de agosto desde Plaza Italia
Tres meses se cumplen de las multitudinarias marchas estudiantiles. Hoy, se consagró con un movimiento masivo donde se adhirieron distintos actores políticos y sociales que han llevado una movilización pacífica, a excepción de grupos aislados que provocaron desastres y barricadas incendiarias en distintas zonas de la capital. 

Estas formas de coerción social surgen a principios del siglo XX, cuando los trabajadores desamparados por la ley laboral, se organizaron para protegerse y fomentar la solidaridad proletarizada a través de mutuales, sociedades de resistencias y mancomunales. 

Aunque estas movilizaciones se han ido legitimando desde hace una década por medio de mecanismos democráticos, con periodicidad terminal sujeta a nuestra historia, la incapacidad de diálogo entre las partes llama la atención. 

Así, Arturo Martínez, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, informó que en el Paro Nacional de estos dos días, acudieron más de 600 mil personas a lo largo del país,  donde además, se adhirieron 82 organizaciones sociales y sindicales.  Por otro lado, el ministro Andrés Chadwick, certificó que la asistencia a la marcha fue menor a anteriores, e insistió que la movilización de la CUT estuvo apoyada en su gran mayoría por estudiantes. 


Se instala a partir de dos versiones opuestas la interrogante 
¿Son artilugios la invalidación de los antagonistas para   obtener respuestas al conflicto?



Al respecto, Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia 2006, propone que la discusión parte desde la base de entender que no hay un proyecto educativo, por lo mismo,  no es suficiente aprender a competir en el mercado, sino, saber que debemos hacernos cargo de las necesidades locales y percibir que nuestro peor enemigo es una sociedad desintegrad con una brutal desigualdad a nivel de ingreso.

“No estamos educando para un proyecto histórico de nuestra sociedad, sino aprendiendo modelos extranjeros poco aplicables a nuestra realidad”, sentencia el docente de la Universidad de Chile. 

Entonces, enfrentarse a una doble política proveniente de la dictadura, y con ella a la municipalización y a toda la iniciativa privada que ha ido siendo estratificada del proyecto educativo, dejando a la estatal con poca herramientas para competir contra la privada, es nuestra piedra angular. 

Por lo mismo, dice Salazar, “el movimiento actual está justo en una encrucijada, donde todavía tiene manifestaciones de masa y levantamos peticiones a los ministros, pero aún así, tenemos autonomía. Hace falta que estos movimientos vayan más allá y que no sólo se manifiesten en marchas peticionistas,  sino, que se organicen a sí mismos y entablen asambleas y causes institucionales”. 

Finalmente, saber que la ciudadanía es soberana  y que no radica en el Estado, establece parámetros aún más ambiciosos que un movimiento transitorio. Asimismo, cuidar que no se diluya en negociaciones y fijar nuevas estructuras para la transacción de las necesidades de las partes, es sin duda, la meta póstuma una vez que concluyan las movilizaciones. 

Por Isabel Moraga y Karina Sánchez.