Por Leonardo Navarro
Hace 17 años atrás, El rey león se convirtió en el mayor éxito de taquilla para Disney, recaudando más de 700 millones de dólares a nivel mundial. Si bien la compañía de Mickey Mouse venía teniendo éxitos sostenidos desde La sirenita, El rey León se transformó en un fenómeno mayor al obtenido el año anterior con Aladdin, que había sido la primera película en superar la barrera de los 200 millones de dólares.
La historia de Simba, el leoncito que cree ser responsable de la muerte de su padre –asesinado por su tío Scar-, huye al exilio y que luego regresa para retomar su puesto como legítimo rey de la sabana, caló hondo entre el público, que se rindió ante una historia con ecos shakesperianos y apoyada por un buen números de canciones de Elton John.
Este año, retomando una buena costumbre dejada de lado, Disney decidió reestrenar este clásico moderno, pero añadiendo un detalle que actualiza la propuesta: el uso de tecnología 3D.
Es primera vez que una película de animación tradicional recibe este tratamiento, por lo cual las aprensiones respecto del resultado final son entendibles, pero el resultado es más que notable. Secuencias como la que da inicio al filme, donde Simba es presentado a sus subditos mientras la canción “Circle of life” llena la sala siguen siendo potentes y son realzadas por la perspectiva y profundidad añadidas por el 3D, al igual que la escena de la estampida, el tour de force digital de esta película.
La conversión a 3D funciona bien y hace recordar que fue Disney el inventor de la cámara multiplanos, usada para dar profundidad a los dibujos bidimensionales queusaban sus películas. No es dificil imaginar que tras esta conversión a 3D estuvo ese espíritu, pues se aprecia el uso de las multiples capas de dibujo usada para componer las tomas originales en su traspaso a la nueva tecnología del cine. El rey león es pródiga en planos amplios y panorámicas , donde la tridimensionalidad se puede apreciar de mejor manera. Los primeros planos de detalles como las hierbas de la sabana son brillantes y se nota un trabajo especial en lo que son los efectos especiales de la película –sí, hay efectos especiales en animación-, como el humo, el polvo en suspensión tras la estampida de ñus o la lluvia del final. Los personajes, en tanto,
En resumidas cuentas, el 3D no molesta, y si realza el trabajo realizado por los animadores originales; la animación no se ve añejada por el proceso, sino que, muy por el contrario, gana en riqueza y matices. Si los niños de la casa nunca han visto antes El rey león, esta es una excelente oportunidad para redescubrir un clásico de cine, que augura una nueva vida para muchas cintas animadas, recuperados en el nuevo formato cinematográfico que al parecer se transformará muy pronto en el standard.
Cabe destacar que el subtitulado de la versión en inglés es una traducción totalmente nueva, que respeta los diálogos y canciones originales en vez de simplemente ofrecer el texto del doblaje al español, como sucedía antes. Es de esperar que el inminente reestreno en DVD, previsto para octubre, respete este subtitulado, que era la mayor falla del DVD lanzado hace 8 años atrás.