Música made in Chile
Según una encuesta hecha por “Sintonía Joven” a 485 santiaguinos, de entre 12 y 30 años, de diversos estratos socioeconómicos “En general, los jóvenes asocian la música a una amplia gama de sentimientos personales. El 85% dice escucharla cuando está alegre; el 72,6%, para relajarse; el 71%, cuando está ‘bajoneado’ para subir su ánimo; y el 44%, cuando está enojado". ¿Es usted uno de los que piensa que entre cumbia, rock popero y electrónica semi progresiva no existe nada en común? Déjeme contarle que sí, lo hay. Aquí le presentarmeos una variedad de grupos nacionales emergentes que nos demostrarán que mucho más que una compañía, la música representa historia, carácter y comportamiento de los jóvenes chilenos, así, como el reflejo de un paradigma cultural.
La Guacha, Villa Cariño, We Are The Grand y Picnic Kibun, todas son bandas emergentes que en el último tiempo han conquistado a una muchedumbre bastante grande, cada una en su rubro tan único y particular, totalmente made in Chile, logra imponerse en el panorama nacional en cuanto a sus prácticas de circulación y sus aporte como industria del arte.
El origen de este nuevo movimiento surge en la misma historia de Chile. Es que si en los ochentas fueron Los Prisioneros con su “Baile de los que sobran” o “Para amar”, ahora la fusión de distintos ritmos extranjeros más la peculiaridad chilena ha creado una especie de identidad nacional en los jóvenes.
Según el libro “Historia social de la música popular chilena, 1890-1950”, del musicólogo Juan Pablo González y el historiador Claudio Rolle, ambos profesores e investigadores de la Universidad Católica, en nuestro país surge un fenómeno determinado por la geografía. Debido a que nos ubicamos en un rincón del mundo, las manifestaciones mundiales y movimientos globales suelen llegar atrasados. A eso se suma que las tendencias internacionales aparecen de ‘chorreo’, por ende tienden a mezclarse características de uno y del otro formando estilos de música particulares.
Así es como la cumbia chilena del siglo XXI, no es la misma que bailaban nuestros papás en los matrimonios familiares. Según Rodrigo Mora, baterista de La Guacha, “La idea es la fusión de estilos pero siempre tomando como columna vertebral la rítmica latinoamericana ya sea Cuba, Chile, Colombia, Puerto Rico u otro país”. Mora también es percusionista de Villa Cariño, en donde la mezcla es lo ‘cumbianchero’ más lo punk, y aunque las letras no son discursos político- sociales, asegura que el prodigio de ir a ver música en vivo es absolutamente tranversal y mueve a masas, convirtiéndose claramente en un acercamiento de la identidad nativa.
El grupo La Guacha.
Proceso parecido es el que viven We Are The Grand. Aunque Sebastián Gallardo, voz principal y guitarrista del grupo está viviendo a las afueras de Londres y el resto están repartidos por nuestro país, todos confiesan que Chile siempre es y será su musa inspiradora. “Cosas que pasan en la vida cotidiana, sentimientos, situaciones que ocurren en Chile. Eso es lo que nos lleva en la mayoría de las ocasiones a formar nuestras letras” declara Seba. La corriente definitivamente es distinta a la de La Guacha o Villa Cariño, ya que por primera vez The Kooks, The Smiths y Artic Monkeys son los que influyen en una banda de rock ‘chilensis’.
La banda We Are The Grand.
Los más nuevos de nuestra lista son los Picnic Kibun. Uno de sus singles más exitosos se estrenó como soundtrack de la taquillera película de Nicolás López, “Que Pena tu Vida”, y de ahí en adelante muchos fueron los que comenzaron a seguirlos. Fanáticos de los Phillip Glass, Beastie Boys y Justice, Juan Necochea y Harvey Tatsuyasu Jones, japonés de nacimiento, son los encargados de abrir un nuevo espectro musical chileno, la electrónica. Sus letras son más sueltas y dinámicas, estando directamente enfocadas hacia los jóvenes combinando el español, inglés y japonés.
Los chicos de Picnic Kibun.
Ya sea cumbia, rock o electrónica, todos destacan su labor hacia el entorno constituyendo una responsabilidad inalienable. “Los Artistas tienen el deber de ser el reflejo de lo que pasa en la sociedad, junto con denunciar lo que se debe denunciar, ayudar donde se deba ayudar, educar donde se deba educar” menciona Rodrigo Mora, mientras que Juan Necochea afirma, “Nuestra música incentiva a generar una identidad más osada en los jóvenes en lo sexual y en la vida en general. La letra de ‘20 pobre’ es un ejemplo de lo gráfico que puede ser eso”.
Sin lugar a dudas, estos conjuntos musicales se las traen y no sólo por lo novedoso de sus letras y compases, sino porque todos en sus áreas delimitadas, lejos de ser tan distintas, son similares en su objetivo: un movimiento cultural juvenil que recién comienza.
Por Isabel Moraga, Karina Sámchez y Cristóbal Stevenson.
Remix musical de la nueva cumbia chilena
No hay comentarios:
Publicar un comentario