jueves, 8 de septiembre de 2011

Proyecto contra el bullying: ¿El fin de la violencia?

Fotografía: Roberto Martínez
“Cuando iba en séptimo, llegaron dos chicas más grandes al curso. Habían repetido y yo solía tener buenas notas y me llevaba bien con la mayoría de mis compañeros, pero a estas chicas les daba rabia que yo me sacara buenas notas y empezaron a ponerme sobrenombres y a empujarme en los recreos. A todos les causó risa mis nuevos apodos y empezaron a seguirles el juego. Algunos me golpeaban en plena clase, me abucheaban cuando nombraban mis notas, me tiraban comida en los almuerzos… Así tuve que soportar hasta que salí de la escuela, pero nunca le dije a mis papás porque terminarían alegándole al director y ellas se la iban a agarrar conmigo…”

El relato, por increíble que parezca, se hace común en la mayoría de los colegios de Chile. La historia, contada por una alumna universitaria, se remonta a los primeros años en donde la masificación de Internet se hacía lenta pero segura, todavía no existían las plataformas sociales que, a pesar de la conectividad que han logrado entre la población mundial, dejan a la vista un problema grave dentro de la sociedad.

Si esta lúgubre anécdota hubiese estado en el contexto tecnológico en el que vivimos hoy, la violencia no sólo se remontaría al horario de clases, sino a cada momento del día, y es así como se vive el “bulliyng” actualmente. Promovido, archivado e incluso celebrado, Youtube, Facebook y Twitter son herramientas potenciales para atacar a una persona, utilizando la violencia psicológica en su máxima expresión y sin sanción alguna. Los casos de
bullying y cyber bullying llegan a ser tan dañinos que en los medios de comunicación, cada cierto tiempo, informan sobre un ataque, una denuncia e incluso suicidios.


Fotografía: Roberto Martínez

Esta mañana, el Presidente Sebastián Piñera junto al Ministro de Educación Felipe Bulnes se reunieron en el Colegio Providencia para promulgar la Ley sobre violencia escolar, la cual sanciona a aquellos establecimientos educacionales que ante caso de bullying no tomen las medidas necesarias para detener este tipo de agresión, sea física o psicológicamente. 



Pese a los esfuerzos por parte de la autoridad de regular esta conducta presente en los estudiantes, no existe un aparato concreto fiscalizador que proporcione un efectivo control sobre los agresores, tanto en forma concreta como virtual.

El hecho en sí parte en la pregunta ¿Cómo fiscalizar? Y complejamente se puede encontrar una solución, debido a que se pueden hacer amenazas o hasta detener agresiones dentro de los colegios y liceos, pero ni los profesores, ni una autoridad mayor puede cambiar el pensamiento y la crianza de la persona agresora.

Esta promulgación de la Ley sobre Violencia Escolar sólo es la punta de un iceberg que ha arrastrado muchas muertes en estudiantes que han sido víctimas de agresiones por parte de sus compañeros, y a la vez, no se garantiza una total erradicación de la violencia.

Daniela Jofré
Roberto Martínez

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