jueves, 6 de octubre de 2011

Las verdaderas diferencias entre un automóvil chino y los tradicionales

Al momento de escoger cuál es la mejor opción para comprar un vehículo o bien hacer un cambio de modelo, año, o marca, existen muchas variables que el público considera a la hora de tomar la decisión final.

Muchas veces debido a la cantidad de factores existentes en el mercado automotriz chileno, la búsqueda se va haciendo ardua y un tanto compleja, pensando en que todas las posibilidades ofrecidas al público, referentes a la calidad, confort, seguridad y precios, no siempre se conjuguen de manera perfecta, para así lograr dar el paso correcto en la elección.

En relación con esto, podemos observar como las preferencias de la gente, van guiando al mercado y así al desarrollo del Parque Automotriz, el que se ve fuertemente influenciado por lo que los consumidores priorizan a la hora de adquirir un bien tan importante, como lo es un vehículo.

Justamente por la importancia que los vehículos han tomado durante los últimos años, debido a su fuerte influencia en la calidad de vida e incluso como fuente de trabajo, es que las principales marcas que compiten dentro del escenario chileno trabajan arduamente buscando estrategias que los hagan liderar la competencia.



Es así como algunas marcas, como por ejemplo Peugeot, se enfocan principalmente en salvaguardar o respetar la tradición que los ha acompañado y caracterizado durante años, preocupándose de entregar a sus clientes, altos estándares de calidad. Estos implican eficazmente dos conceptos claves; seguridad y confort. Jorge Aledo, jefe de ventas de una concesionaria de la marca francesa Peugeot, explica que el público objetivo de la marca es más bien de tipo familiar, constante, personas que se caracterizan por demostrar una alta fidelidad con la empresa. “Peugeot dentro del mercado nacional, se caracteriza por ser una marca constante, no tiene ese efecto balancín que tienen otras marcas, en relación con sus ventas, las cuales siempre se mantiene estables. Esto se debe a que es una marca de tradición y prestigio familiar, que se transfiere de generación en generación”.



En esta competencia por ganar clientes, ha ingresado un nuevo sector decidido a ser protagonista en el acontecer automotriz de nuestro país. Son las llamadas marcas “chinas”, de las cuales 15 son chinas y dos son hindúes. Ahora, si bien no todas provienen del mismo país, sí podemos decir que han ingresado de forma contemporánea y tienen características similares,

Respecto a esta nueva batalla que se ha presentado entre las 49 marcas presentes en Chile, el sector denominado como “tradicional” en el que encontramos las 37 marcas restantes, como Toyota, Chevrolet, Hyundai, Nissan y Ford, entre otras, asegura no estar siendo afectado de gran manera por la inserción de los chinos e hindúes en el mercado, argumentando que la calidad de esos vehículos, no se acerca a lo requerido por el público.

Nuevo Peugeot 508
Una de las principales críticas que el sector denominado como “tradicional” hace a los vehículos chinos, tiene que ver con la rápida caída que estos tienen en el mercado, en relación con sus precios que bajan de manera acelerada una vez que son comprados, es por esta razón que las automotoras como Lira Larraín, concesionaria de Hyundai y Peugeot, no reciben autos de las 15 marcas chinas.

Desde el año 2008 la inserción de los vehículos chinos comenzó a tomar fuerza en nuestro país, así uno de los principales actores de este sector, es el gigante Chino Chery, que entró al mercado nacional compitiendo en el segmento de los city car.

Con el tiempo Chery se ha ido posicionando con mayor fuerza, su gerente de ventas en Chile, Guillermo Verdugo, explica que el fenómeno es bastante importante para el mercado automotriz chileno, ya que nuestro país se ha convertido en un punto de prueba para la marca, en relación con el lanzamiento de nuevos modelos, “Chile es un mercado techo para Chery, antes de lanzar un modelo en Latinoamérica la marca intenta posicionarlo en nuestro país” explicó Verdugo.

No obstante a esto, Guillermo defiende la inserción de los vehículos chinos al mercado nacional, especialmente la de su representación, argumentando que “todos los vehículos de Chery están homologados con la norma Euro 4, que el Estado chileno pide mediante el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones para la correcta comercialización de los automóviles en el país”.

Otro punto importante que rescata el gerente del gigante asiático, es que Chery junto a Great Wall son dos de las marcas chinas que han superado y cumplido todas las normas de seguridad en Chile, para la correcta comercialización y circulación de sus vehículos. Junto a esto y según estudios de la marca referentes a los reclamos en relación con la calidad de sus modelos, de un 70% de reclamos por mal funcionamiento o especificaciones técnicas, hoy en esa materia, la marca ha bajado a un 15%.


Una visión más técnica

Para Javier Pozo, mecánico del Duoc UC, las marcas chinas son a nivel de mercado una buena y tentadora opción, ya que son realmente muy económicas. Sin embargo, en muchos casos la calidad no es buena y generalmente tiende a dar más problemas de lo común. “El tema no pasa por el motor, si no por la gran cantidad de piezas que componen este. Esos materiales no están hechos para los estándares necesarios. Por ejemplo, resisten una temperatura mucho menor a la que un automóvil normal genera”. Según nos dice Javier, los autos chinos sí constituyen una real competencia para las marcas tradicionales, ya que son baratos en repuestos y en mantención, como también muy poco gastadores. “En mi opinión, yo no invertiría en un vehículo chino cero kilómetro. Por económico que sea en general, como te mencionaba, son muy vulnerables a los problemas debido a la calidad de los elementos con los que están fabricados.”



Chile es uno de los países que ofrece más variedad a la hora de elegir un automóvil, lo que lleva un aumento en el mercado que no parece detenerse. Sin duda, la clave para el usuario está en informarse e investigar lo suficiente el vehículo que desea adquirir, para así no tener que lidiar con un poseer auto “panero”, o quizá encontrarse en la situación de querer vender y tener que tazar a un precio muy inferior al de compra. Al final, es el comprador el que elige si privilegiar mecánica o estética, la economía sobre la potencia o la seguridad frente al costo del auto; la decisión final depende de cada persona.

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