jueves, 20 de octubre de 2011

LOCA, LOCA, LOCA, TE VOLVISTE LOCA...


Angustia, depresión, ataques de pánico, estrés e incluso esquizofrenia son algunas de las enfermedades que afecta a la población chilena.

Actualmente, el entorno en que vivimos es mucho más violento que hace dos décadas, y esto desata varias patologías mentales.

La sicóloga Adela Loaiza asegura que por lo menos un 40% de la población presenta o ha tenido alguna vez un desorden mental. Es una cifra que asusta, ya que nos acerca a nuestra propia realidad.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que de aquí al 2020 la depresión va a ser la segunda causa de enfermedad más grande en el mundo. Esto se debe al gran desarrollo industrial y tecnológico, inclusive a la misma globalización. Sin embargo, hay que tener presente que las personas caminan y el mundo corre, es decir, que la gente se adapta mucho más lento en comparación al progreso y cambios en el mundo. A raíz de esto, se producen muchas pérdidas humanas, en el sentido que no están capacitados para trabajar de manera eficiente, bajan el rendimiento en las relaciones humanas, y una infinidad de males asociados a una lucha mental por sentirnos normal frente a los demás.

“Este porcentaje varia, por ejemplo, en el caso laboral o social se podría decir que por lo menos el 70% de las personas han sufrido una enfermedad mental en su época más activa”, dice la sicóloga Adela Loaiza.

Las mujeres sufren más trastornos afectivos que los hombres, siendo lo más común la depresión bipolar, crisis de pánico o angustia. Se estima que por lo menos el 60% de las mujeres se encuentran proclives a sufrir en algún momento de su vida un desorden hormonal, uno químico o exógeno.

Muchos problemas mentales, como la depresión o ansiedad, se tratan de esconder con adicciones, provocando tormentas emocionales, sociales y económicas. Un ejemplo de adicción, se refleja en el caso de los hombres y su propenso trastorno por el alcohol o drogas.

Hay que tener presente que la salud mental es responsabilidad de la persona porque aunque tengamos el apoyo de nuestras familias, pasa más por un tema de fuerza de voluntad.


Por Fernanda Jorquera, Nicole Molinelli y Marioli Baldecchi

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